Santiago Rey, condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica
El editor y presidente de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, ha sido condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, según establece un Real Decreto firmado por su majestad el rey. La distinción, aprobada por el Consejo de Ministros en su reunión de ayer y que hoy publica el BOE, supone un reconocimiento a su labor como editor en el año en el que el diario que fundó su abuelo, Juan Fernández Latorre, en 1882, celebra su 140 aniversario.
«A lo largo de su carrera profesional al frente de La Voz de Galicia ha desarrollado su trabajo de forma leal y comprometida con el servicio a España y a los ciudadanos», destaca la propuesta de concesión.
El texto incide además en la creación en 1997 de la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre y en la labor que desarrolló en su momento como presidente del Instituto Internacional de Prensa y de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE).
La condecoración que recibe el presidente de La Voz llega cuando está a punto de cumplir los sesenta años de dedicación al periódico. Santiago Rey Fernández-Latorre (A Coruña, 1938) presume de haber nacido encima de una rotativa. Quizás por ello se considera periodista por encima de todas las cosas: «Es el oficio más noble del mundo», dijo en una entrevista en el 2016.
Entró en el periódico con solo 25 años, tras haberse licenciado en Derecho, y desde entonces consagró su vida a cuidar y fortalecer el legado de su abuelo, primero como gerente, y desde 1988 como presidente. Entre sus grandes apuestas figuran la creación de las ediciones locales, hasta las catorce actuales; el afán por dotar al periódico de la tecnología más avanzada; y la adaptación permanente a los nuevos soportes informativos, como demuestra el hecho de que La Voz llegue hoy a cualquier rincón del planeta a través de internet. Todo ello sin olvidar el compromiso que su abuelo, el fundador del periódico, recogió en el primer número que vio la luz el 4 de enero de 1882: la defensa de los intereses de Galicia.
Un honor que premia y reconoce «comportamientos extraordinarios»
La Orden de Isabel la Católica fue creada por Fernando VII el 14 de marzo de 1815 para «premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la nación y muy especialmente en aquellos servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos». Años después se reorganizó para reconocer, según recoge en el reglamento vigente, «aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la nación». También aquellos que «contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la nación española con el resto de la comunidad internacional».
Santiago Rey Fernández-Latorre, como personalidad distinguida con la Gran Cruz de Isabel la Católica, recibirá el tratamiento de excelentísimo señor